26 marzo 2023

Alas de la infancia


Ya sé que escapan de los diez las alas
de tu infancia, que el tiempo afable
y lento te guía hasta tu vida, tirano
y fugaz desde la mía, y que a la vez
que mete en tu mochila más deseo,
carga mi ajado baúl con más melancolía.

Mas, por temor, te sigo acompañando
cada mañana hasta el colegio.

Nunca se sabe y en estos tiempos
con cierta frecuencia ocurre
que dan noticias sobre niños
que, botín de la escoria humana,
desaparecen en un cerrar de ojos
y nunca más se vuelve a saber
de ellos: muero solo con pensar
que algo así pudiera sucederte.

Sin embargo, a tu instintivo afán
de ser mayor, de soltar la cadena
que invisible te sujeta a mis ojos,
que asfixia tus anhelos de volar,
que solo entenderás cuando madre
te despiertes, parece no importarle.

Esta mañana, al enfilar tranquilos
la última calle, como de costumbre,
dejando atrás los nidos de vencejos
que en estas albas crían afanados,
un chiquillo —seis años más o menos—,
pasó solo, corriendo, la mochila
a ruedas ruidosas arrastraba: saltos,
tropezones… Tras él y más pequeño
otro veloz rapaz lo perseguía.

Sin decir nada tus pasos crecieron,
se aceleraron y fue cada vez más
la distancia entre nosotros.
Ellos querían llegar primero,
y tú, mayor, no podías permitirlo.

El miedo y yo al principio lo intentamos,
seguirte, mas fue en vano:
a pocos metros rompiste la cadena
que te unía a mi mirada,
te perdí de vista tras la esquina…

Al colegio esta vez llegaste sola,
te vieron más mayor los más pequeños
y yo sentí en mis pies el plomo
de los años, que quieren y no pueden,
y en mi pecho el eco del silencio
que habrá de retumbar un día
cuando esta cadena que hoy nos une
quede definitivamente en el trastero.

2º Premio XXI Certamen de Poesía 
Huerta de San Lorenzo (Segovia) 2023


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